Todo empezó en Leila. El día amaneció despejado con algunas nubes, pero no importaba. Lo peor llegaría en la tarde. Esa niñera algo nerviosa amenazaba por dejar el matrimonio destrozado. Así aclamaron algunos de los presentes con el corazón encogido después de la noticia. Sin embargo, al llegar Michel solo empeoró la situación. Su manera tosca y sexualizada de hablar hizo lanzar espuma por la boca a más de un crítico literario, y aun así, lo consideraban uno más de la familia. El tema del burro fue diferente. Ese animal no es un perro, decían. Es casi como un caballo, imaginen un cuadrúpedo peludo de gran tamaño no apto para salones pequeños. Jesús miró a Michel como nunca antes lo había hecho, cuando éste comentó con una leve sonrisa entre los labios lo portentoso de sus atributos. Fernanda dejó caer la bandeja con las copas y de su boca tropezaron palabras impronunciables tan parecidas a una maldición que hizo enmudecer hasta al mismo José presente en el Belén. Dubravka fumaba en la terraza junto a Helga. Hablaban de su hijo, ya eran dos meses sin saber nada. La guerra partió su vida por la mitad y la herida no cicatrizaba. Lo raro es vivir, dijo Helga con un súbito suspiro. Te ha quedado muy poético, contesto Dubravka con las lágrimas caídas mientras la abrazaba. Sonó el histriónico timbre. John y su verbena. Como una lengua de mar entró en el salón dejando las bolsas llenas de regalos absurdos sobre la mesa. Besó y abrazó efusivamente como si aquella fuera la última vez, la última reunión, el último acto con sus amigos. Sí, los únicos capaces de aguantar sus sandeces, incoherencias y días asquerosos, como él los llamaba. Y ahora comamos y bebamos hasta quedar dormidos, inhertes y asexuados, dijo con voz aterciopelada y tímbrica mirando de soslayo a Michel. Salud.
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El laberinto de Max de Sergio Barce
La última micronovela publicada por Mitad Doble y Ediciones del Genal en su colección Manguta de libros es El laberinto de Max de Sergio Barce.
El laberinto de Max te atrapa desde las primeras frases. Directas. Cortas. Duras. Emotivas. Simples. Zas. Directo al corazón. Un estilo nuevo para el autor de frases largas, subordinadas y bien cuidadas. Una micronovela completa en todos los sentidos, cumpliendo a la perfección los requisitos pedidos. Sergio Barce nos hace reflexionar sobre la familia y las cuentas pendientes, la muerte, el trabajo, el amor. Y si además, Barce nos sumerge entre los estantes de una librería con autores que van desde Cavafis hasta Volpi pasando por John Williams y Kawabata y adaptaciones cinematográficas como El sueño eterno y Extraños en un tren… ¿qué más se puede pedir?
Me pido el fin de semana libre para poder disfutar de los libros y adaptaciones cinematográficas de las que nos habla Sergio Barce.
Hombres desnudos de Alicia Giménez Bartlett (Premio Planeta 2015)
Hombres desnudos es una novela que no sé cómo catalogar, no es negra, no es de género. Trata de la influencia de la actual crisis que aún vivimos en la sociedad y en la mente de muchas personas, en los jóvenes. Hasta qué punto nos vemos influido por esta crisis económica… hasta en los registros más íntimos.
El lector en esta novela va a encontrar […] un material narrativo complejo.
Alicia Giménez Bartlett
Hace un par de semanas recibí un regalo inesperado, y cual fue mi sorpresa al abrir el paquete…el Premio Planeta 2015. El color de mi cara pasó de la palidez que te da el invierno al rojo intenso que puede darte un día de verano, y solo pude decir: gracias. Hasta ahora solo he leído el Premio Planeta 2012. No tengo nada en contra de este premio (ni de ningún otro), pero hay tantos comentarios en torno a este, que no sé…no me atrae.
Conocí a la autora a través de las novelas de Petra Delicado y la serie de televisión. Le he sido infiel, pues no lo he leído todo y he cambiado de “detective” en muchas ocasiones (lo cual pienso que no está mal, aunque algunos amigos dicen que eso no se hace. No comparto su opinión, y ellos lo saben).
Antes de comentar algunas impresiones, voy a transcribir la sinopsis argumental que la editorial Planeta ofrece.
Nadie puede imaginar hasta qué punto los tiempos convulsos son capaces de convertirnos en quienes ni siquiera imaginamos que podríamos llegar a ser. Hombres desnudos es una novela sobre el presente que estamos viviendo, donde hombres treintañeros pierden su trabajo y pueden acabar haciendo estriptis en un club, y donde cada vez más mujeres priman su carrera profesional sobre cualquier compromiso sentimental o familiar. En esta historia, esos hombres y esas mujeres entran en contacto y en colisión, y lo harán con unas consecuencias imprevisibles.
Sexo, amistad, inocencia y maldad en una combinación tan armónica como desasosegante.
Sobre la crisis se habla en periódicos, en la tele, en el bar, en el parque, en el supermercado, … , en relatos cortos, pero en ¿novela? Creo que hay muy poco. La perspectiva que la autora nos muestra de la crisis es interesante: una empresaria cuya empresa se hunde, un profesor que es despedido, un chico que ha tenido las cosas claras y no se ha dejado llevar por la época de bonanza y una mujer madura que vive a costa de la pensión de su exmarido.
EL PAPEL DE NARRADOR SOBRE VARIOS PROTAGONISTAS, ¿ESTÁ DE MODA?
Cuatro personajes (dos principales, dos secundarios) con sus cuatro voces y una voz más que desaparece pronto. Sin duda, algo difícil de llevar, principalmente para el lector (Giménez Bartlett ya nos había avisado) y sobre todo cuando hay cambios de voces en un mismo diálogo. Voces que son muy distintas entre sí; aunque conforme avanza la novela alguna se hace un poco pesada por lo repetitivo, pero ¿nos comportamos así también?, ¿pensamos así? Cuántas veces hemos dicho, ¿otra vez con la misma historia?, ¡no hay quién lo (o la) saque de ahí! Pues esta situación abunda en la novela, como un bucle y aunque en un principio esto me echaba hacía atrás, ahora me doy cuenta de que podemos llegar a comportarnos así, de forma repetitiva, sin saber cómo salir de una situación compleja.
Y es aquí donde me encuentro, en una encrucijada: por un lado pienso que somos así, cansinos, cuando la situación es compleja y nos desborda; pero por otro lado, y a pesar los loables intentos de la autora por humanizar las voces, por hacerlas creíbles, por tratar de que me vea reflejada en ellos, no consigo creer en los personajes, encuentro en ellos demasiada tensión.
HOMBRES DESNUDOS ES UNA HISTORIA ACTUAL,
que podría ser como la vida misma, pero no ha sido bien ejecutada. Tengo la sensación de un exceso de páginas, de escenas similares que van encaminadas al desenlace del libro. Y aunque en líneas generales la novela me ha gustado, hubiese preferido algo más corto y más intenso.